15 octubre 2008

Sobre una pareja de frikis que le da mil vueltas al del chiki-chiki




Durante estas últimas semanas parece que la principal noticia en España ya no es que Zapatero haya vuelto a ganar las elecciones... sino la elección de “Baila el chiki-chiki” como canción representante de España en el festival de Eurovisión. El tema arrasa allá por dónde va... ayer estuve en la boda de mi cuñado y durante la noche la pude escuchar hasta tres veces, llegando a ser incluso la última canción que pinchó el disc-jockey a las cuatro de la mañana. Y en internet también se sale... el representante de España ha recibido 8.400.000 visitas, por delante y a gran distancia del candidato de Turquía (1.300.000) y del de Irlanda (1.200.000), cuyo cantante es, por cierto, un pavo llamado Dustin.

Se podría decir después de todo esto que David Fernández, el actor de Buenafuente que le ha puesto cara y voz a la canción del chiki-chiki, ha logrado convertirse, sin lugar a dudas, en la persona más friki de España en estos momentos. Por si acaso, aclaro para los no iniciados que friki, friqui, frik, o freaki es una palabra que procede del inglés freak, que significa extraño, extravagante y/o estrafalario.

Pues no, va a ser que no. Hace unos días descubrí en una revista a un matrimonio español que supera con creces la extravagancia de Rodolfo Chikiliquatre. Se trata de Ramón Segarra y Ana Bru, que se supone que el próximo año serán los primeros españoles en hacer turismo espacial. Y esto va en serio. La pareja en cuestión ha pagado 270.000 euros, casi 45 millones de las antiguas pesetas, para tener pasajes en un vuelo espacial organizado por la compañía Virgin Galactic, del también friki-empresario Richard Branson. Como requisito para poder realizar semejante viaje, los dos han viajado hasta Filadelfia para entrenarse en el simulador espacial del Nastar Space Center, a las órdenes de Glenn King, instructor de astronautas de los de verdad y también de pilotos de combate.

A esta pareja está claro que les sobra el dinero, son propietarios de la agencia de viajes de lujo Bru & Bru, y que también les sobran neuronas, puesto que creo que no se han parado a pensar en la verdadera dimensión de este viaje espacial en el que se ha metido. Ahora, siendo un tanto absurda esta idea de gastar tantas pelas en un viaje de dos horas metidos en una extraña nave espacial... lo más absurdo de este matrimonio, y que automáticamente los convierte en la pareja más friki de España por encima del “cantante” de Eurovisión, es el regalo que le hacen a sus hijos cuando llega el Ratoncito Pérez a su hogar. Y, para que nadie crea que me lo invento, aquí va una conversación real de la madre con su hija, de 10 años, que se produjo recientemente desde la sede de los entrenamientos espaciales en Filadelfia: “Carla hija, ¿cómo estás? Ah, que el Ratoncito Pérez te dejó 1.000 euros. ¡Que guay!”.

Esta conversación entre madre e hija lo resume todo e incluso permite entender por qué precisamente son estos padres de familia los primeros de España que participarán en este nuevo negocio de Richar Branson. No sé, llamadme egoísta, avaro o rata (aprovechando que estamos hablando de ratones... y concretamente del Ratoncito Pérez más generoso del mundo) pero yo jamás le daría 1.000 euros a mi hija como recompensa por la caída de un diente, ni de dos ni de tres.

Aunque yo fuera Bill Gates, el presidente de cualquier banco o un jeque del petróleo en Kuwait... nunca se me pasaría por la cabeza darle 1.000 euros a mi hija de 10 años, aunque me trajera a casa las notas del colegio plagada de sobresalientes. Es curioso, a veces en la anécdota uno descubre lo importante. Y es que lo más importante que he descubierto en esta pareja de frikis espaciales no es su viaje sideral previsto para 2009, sino que aquí en la tierra todavía no son capaces de ver que la moderación es una virtud que también hay que enseñar a las futuras generaciones... que luego se nos llena el país de frikis.

(ABRIL 2008)

No hay comentarios: