Telefutbol y telemierda

Alrededor de 13 millones de españoles vieron el pasado 23 de mayo la final de la Copa de Europa de fútbol, aquel triste partido para el Valencia, aquella noche en la que se pudo ver al portero Cañizares tan roto como cualquier niño al que no le compran el Pokémon 124 de su colección. 13 millones de telespectadores, ahí es nada. Una vez más el fútbol se ha significado por ser el mayor elemento de unión de este país. Los documentales de la 2 nunca podrán soñar con semejante audiencia, tampoco “Documentos TV” o “Qué grande es el cine”. La pelota, los que mueven y los que pitan publicitando Quiero TV son los verdaderos protagonistas, los únicos hombres que son capaces de convocar a la gran masa.

Todo esto da que pensar. Si seguimos en esta línea el propio Príncipe Felipe comenzará a preocuparse, pues verá como el fútbol va a superar los niveles de audiencia de su ¿próxima? y muy esperada boda real. De todas formas, el fútbol no es lo más grave que tiene la televisión, existen otros programas que producen un daño mucho mayor al cerebro y que no hace falta enumerar.

Me estoy planteando, de cara al futuro, ponerle un candado al televisor para que mis hijos no tengan a su alcance determinados mensajes e imágenes que puedan perjudicar sus neuronas y su proceso educativo. Seré entonces mucho más selectivo a la hora de escoger qué programas ver o no, intentaré analizar que hay de positivo en ellos. La verdad es que el análisis diario de la programación no me llevará mucho tiempo, ya que lo que abunda es la basura y no la temática de calidad.

Como última opción siempre quedará el balcón... eso mismo, arrojar la tele por el balcón. Pero tampoco hace falta adoptar medidas tan dramáticas, pues al final uno también puede apuntarse al plus o a las plataformas digitales, donde pagando más se puede encontrar algo mejor. Aunque, eso sí, sin olvidar nunca el resto de los canales pues siempre que llega la abuela a lo mejor toca poner “Cine de Barrio”, para hacerla feliz viendo al Parada y sus españoladas. Sacrificios de nieto.

(JUNIO 2001)