15 octubre 2008

La verdad inconveniente de Al Gore como Premio Nobel de la Paz



La verdad es que para este número de No Badis no tenía pensado escribir sobre Al Gore, tenía otros temas en mente. Además, en septiembre de 2006 ya le dediqué un artículo en esta revista a este mismo señor, el que fuera durante ocho años nada más y nada menos que vicepresidente de Estados Unidos, la superpotencia mundial.

Por eso algunos lectores adictos a No Badis, que no sé si los hay, podrían acusarme de repetir tema. Y tendrían razón. Pero no, lo siento, el cuerpo me pide escribir otra vez sobre Al Gore. Resulta que a este señor le han concedido la pasada semana el Premio Nobel de la Paz y lo que quiero evitar con este artículo es que haya gente que piense que este galardón se lo merece.

Pues no, no se lo merece en absoluto. Y para ello voy a enumerar dos sencillas razones que destapan esta absurda mentira.

1) Como ya he dicho, el Sr. Al Gore fue vicepresidente de Estados Unidos durante ocho años, lo que quiere decir que este señor mandó mucho, fue alguien en la Casa Blanca, no fue un mindundi. Por lo tanto, durante aquellos largos ocho años podía haberle dicho a su presidente Clinton lo siguiente: “¿oye Bill, por qué no nos tomamos en serio esto del medioambiente y adoptamos medidas eficaces contra el cambio climático, la destrucción del ozono, el deshielo del Polo, etc, ect?”. Pues va a ser que no... durante aquellos años ni Al Gore ni Bill Clinton destacaron por este tema... y, a fecha de hoy, Estados Unidos sigue sin ratificar el Protocolo de Kioto. Es más, los dos mayores emisores de gases de efecto invernadero, Estados Unidos y China, tienen planes para edificar cientos de plantas de electricidad que operan con carbón, el mayor emisor de dióxido de carbono o, lo que es lo mismo, el principal gas de efecto invernadero.

2) El que realmente se ha llevado el Premio Nobel a su bolsillo es la agencia de relaciones públicas o el asesor de imagen de Al Gore, ya que tuvo la genial idea de producir el video ecologista “Una verdad inconveniente”, con Al Gore como presentador, y que, al mismo tiempo, le esta permitiendo al ex-vicepresidente forrarse de dólares dando conferencias por todo el mundo. A este tío, al asesor de imagen, sí que le felicito porque se merece un diez, ha cumplido las expectativas para las que fue contratado... porque a uno no lo dan el Nobel de la Paz todas las semanas y Al Gore lo ha conseguido gracias a una estratégica campaña de relaciones públicas perfectamente calculada.

Después de estas dos afirmaciones, si conviene felicitar a los expertos que forman parte del Panel Internacional sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC por su sigla original), que comparte el Nobel con Al Gore. Estos sí merecen ser felicitados porque lo que sí es un hecho evidente es que el cambio climático es un tema que nos debe preocupar a todos, y que Naciones Unidas se preocupe en abordar este asunto con seriedad sí merece ser premiado.

Y como en esta ocasión he repetido tema, con el permiso del director de No Badis, también repetiré una frase que publiqué en esta revista hace siete meses y que está relacionada con todo esto. Ahí va: Según diversos estudios, los países del tercer mundo serán los más castigados por la destrucción del medioambiente. Es decir, en el norte soltando humos a todo tren para no detener la producción industrial y, en el sur, sufriendo las consecuencias negativas de la conducta de los países ricos. Esto sí me preocupa sinceramente y no tanto si los nietos de mis nietos tendrán que ir por la calle con mascarilla. Ya cometemos bastantes injusticias con el tercer mundo como para encima cargarles con el calentamiento global. Que San Kioto o quien sea tome cartas en el asunto porque la cosa parece que, ahora sí, va en serio.

(OCTUBRE 2007)

1 comentario:

Anónimo dijo...

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