15 octubre 2008

Rocío hasta en la sopa



Se ha montado la de Dios con el fallecimiento de Rocío Jurado. Ha sido la bomba. En la mañana en la que se conoció la noticia tuve la oportunidad de ver el telediario de las 15.00 en TVE-1… y quedé impactado. No sólo porque durante el mismo pusieron casi íntegra la canción de “La ola” (ya no sabía si estaba viendo el telediario o “Sábado noche”, programa musical por excelencia del fin de semana, que antes producía la empresa de Jose Luis Moreno), sino también porque ya habían pasado 15 minutos del telediario y la noticia seguía siendo Rocío Jurado. Además, la presentadora, Ana Blanco, se saltó el guión diciendo algo así: “esta noticia ha sido muy importante y ha tenido una gran repercusión nacional, volveremos con ella antes de los deportes”.

Y este telediario no lo fue todo. La parrilla del jueves 1 estuvo dedicada en una parte muy considerable a la información y a los comentarios sobre la muerte de Rocío Jurado, con Ana Rosa Quintana favorecida, de nuevo, por los buenos resultados de audiencias, tanto en su edición matinal de “El programa de Ana Rosa” como en el especial nocturno “Rocío, va por ti”, que superó al especial preparado, a su vez, en TVE por el equipo de “Corazón, corazón”. Sin duda, la España profunda de la pandereta volvía en pleno siglo XXI. Fueron 24 horas de funeral permanente, y mucho más si sumamos las horas dedicadas en los días posteriores.

Antes de continuar aclaro que guardo un profundo respeto por Rocío Jurado y por sus millones de fans en todo el mundo. Es más, aunque la copla no sea uno de mis estilos musicales preferidos, reconozco que algunas canciones de la tonadillera tienen su gracia y, quien más quien menos, las hemos tatareado alguna vez… muestra de que esta mujer ha estado siempre acompañada del éxito.

Y, aclarado este punto, sigo con otra crítica que ha suscitado la muerte de la cantante: el acoso de la prensa a la propia familia Jurado-Carrasco. Y es que hay que preguntarse: ¿qué sentido tenía que hubiera más de cien periodistas haciendo guardia frente al domicilio particular de la familia?. ¿Nadie se paró a pensar que precisamente Rocío Jurado no estaba ingresada en un hospital para poder morir tranquilamente, repito, tranquilamente, junto a los suyos?.

Incluso el Gobierno ha tenido que pedir a los medios de comunicación una reflexión sobre cómo se hacen compatibles el ámbito de lo público y de lo privado. El Ejecutivo ha hablado a través de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega que, tras expresar su pésame por la muerte de Rocío Jurado, ha lamentado que prime “el deseo de competir” sobre “el derecho de una persona enferma y su familia a la intimidad”.

Amador Mohedano, hermano y “manager” de la cantante, tuvo que reclamar ”respeto” por el “dolor” que está viviendo la familia. Pidieron a los cámaras y reporteros gráficos que no grabasen imágenes del jardín de la casa: “Necesitamos salir, llorar y hacer las cosas que haría cualquier ser humano en esta situación sin ser fotografiados. Tenemos derecho a todo ello y no lo respetáis, al menos algunos de vosotros”.

La noticia era importante, porque lo era. Muestra de ello ha sido el fervor con el que lo han vivido miles de españoles, sobre todo en Andalucía, y mucho más en Chipiona. Pero siendo importante, nunca hay que olvidar que en un país pasan otras muchas cosas relevantes a lo largo de una semana y, sobre todo, que el respeto es fundamental cuando alguien tiene que dar a conocer un fallecimiento a todo un país, sea de una famosa como Rocío Jurado o sea del panadero de mi barrio.

(JUNIO 2006)

No hay comentarios: